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12 December 2011

Sobre los que perpetúan los estereotipos


¿No os habéis encontrado alguna vez en algún viaje con algún compatriota que parece estar dedicado en cuerpo y alma a perpetuar los estereotipos sobre vuestro país en el extranjero? Esas personas que aprovechan cualquier oportunidad que tengan para coger por banda a algún pobre desdichado y dedicarse con especial tesón a "instruirle" sobre lo especiales que somos los españoles, por supuesto haciendo especial hincapié cada 5 segundos, en todos y cada uno de los estereotipos y tópicos, especialmente en aquellos que no dan muy buena imagen.

Porque si por alguno de ellos fuera, este sería un país en el que absolutamente todos, seamos de la comunidad autónoma que seamos, salimos todas las noches de juerga (flamenca por supuesto) no paramos de beber vino y cubatas, empalmamos siempre con el día siguiente (debemos ser todos adictos a algo que nos mantenga despiertos supongo), comemos durante dos horas y media todos los días, nos echamos otras dos horas de siesta (¿será esta la explicación al aguante nocturno?) también entre semana, cenamos a las 11 como pronto (nadie sabe entonces cómo podemos mantenernos en general delgados), no desayunamos nunca, llegamos tarde a todos lados, somos extremadamente pasionales, abiertos, desorganizados, graciosos, ruidosos y pícaros (si podemos sacar provecho de algo, al parecer no dudamos en hacerlo) hablamos a gritos, bailamos sevillanas desde que nacemos (va en los genes) vamos a los toros religiosamente y por supuesto todos somos my bajitos, muy morenos y con los ojos muy oscuros (de hecho, si no se responde a este estereotipo parece ser que hay que tener orígenes extranjeros, sí o sí, porque al parecer somos casi una raza aparte y por aquí no han pasado nunca tropecientos pueblos con sus distintas características)

A veces tengo la sensación de estar escuchando una extraña actualización al siglo XXI de los diarios de viajes que en el siglo XIX otros viajeros extranjeros escribieron. Es cierto que en ellos destacaban e idealizaban todos aquellos aspectos que les eran extraños, sin incidir en aquello que les era común a todos, como por otra parte es lógico dado el carácter Romántico de los escritos de la época, que buscaban “rescatar” o definir el folklore o aquellas características populares que definirían a un pueblo o nación.

Pues bien, es como si estas españolitos de nuestros días hubieran decidido empaparse de todos los tópicos posibles y creérselos más que nadie. A veces me da pena y a veces rabia. Está claro que no se puede pretender conocerlo todo y que en nuestra visión de otros países siempre nos influirán las ideas que a lo largo de los años hayamos ido recibiendo, pero cuando se trata del tuyo propio, cuesta entender que alguien tenga tanto interés porque le sigan viendo de determinada manera, al menos a mi. Yo tengo la manía de pensar que los demás nos pueden ver como pequeños representantes de nuestro país cuando vamos fuera. Suele ser inevitable cuando conoces a alguien y observas su manera de ser y sus costumbres, preguntarte si será algo más o menos común en su país o si responde a su manera de ser, al igual que a veces tendemos desgraciadamente a asociar el comportamiento de una persona con el de todo un país, sobretodo si no conocemos mucho el país o si no somos de mente abierta en general ;)

Independientemente de todo esto, y en el caso español, creo que es bastante interesante, cuando vas al extranjero, transmitir fuera la gran diversidad que hay aquí, la de sitios tan distintos que hay para ver, lenguas, costumbres, etc. Muchas veces me he sorprendido por el interés que despierta el país y la gran cantidad de tópicos que persisten en la cultura general (como dicho sea de paso, ocurre también con casi todos los países). Siempre hay quien no quiere ir más allá de lo que cree conocer y no está dispuesto a que nadie le rompa los esquemas que se ha formado, pero a la mayoría de la gente (quizá sea porque lógicamente al final suelo hablar con personas a las que también les interesa viajar) le encanta poder conocer lo menos conocido y de lo que menos publicidad se ha hecho y hacerse su propia idea de la realidad de un lugar.

¿Qué opináis?

3 comments:

  1. Es curioso lo de los tópicos de un país, alguna vez alimentados por nosotros mismos. Yo he sido testigo de cómo alguna canción popular que en nuestro país jamás habríamos cantado nos une fuera en un orgulloso cántico conjunto, mostrando a veces aquello que rechazamos como característico. O la cara de extrañeza al decir que eres español y resulta que como en mi caso, tu piel, tus ojos y tu pelo son claros. Como anécdota contaré que estando en Oxford al preguntar una persona de donde éramos mi hija y yo (de parecidas características), mirándonos con cara de susto y subiendo el tono de voz nos dijo: ¡Oh Dios mío, tan pálidas!. Como si hubiera visto un fantasma.
    España está de moda en algunos países, pero bajo el concepto de sol, siesta y diversión, y es lo que buscan y lo que conocen cuando están de vacaciones en nuestro país. Solo una minoría viaja con intención de descubrir nuestra identidad y diversidad.
    L.

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  2. A veces también sucede lo contrario, pensar que tú no cabes en el tópico y acabar descubriendo que encajas perfectamente. Cuando vivía en Italia tenía un pequeño grupo de amigas francesas con las que viajaba mucho y me atiborraba a café por las tardes. Entre nosotras hablábamos siempre en italiano, pero hay algunas expresiones y algunas palabras que parece que sólo son precisas en tu propio idioma. Ellas estaban seguras de que una de ellas, para los españoles, era el famoso "olé", que no sabían qué demonios significaba. Yo les respondía que nunca oirían salir esos sonidos de mi boca, que lo del "olé" era como el "oh la la" de los franceses (no sé si va acentuado), un cliché. Lo gracioso es que, conforme fue pasando el tiempo, nos dimos cuenta de que esas expresiones se nos escapaban mucho más a menudo de lo que pensábamos, tanto a ellas como a mí, incluso teniendo en cuenta que vivíamos y hablábamos en un contexto italiano.

    En definitiva, que estoy de acuerdo contigo (en parte eso explica por qué en Italia tomaba café con franceses y no con españoles), pero es que a veces la españolidad es incontrolable...

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  3. :) Por cierto, otra cosa que he descubierto para mi asombro que es muy española también es pelar la fruta. Me refiero a pelar por ejemplo una manzana con un cuchillo. Aquí una que precisamente no tiene mucha maña con el cuchillo presenció como sus colegas extranjeros (omitiremos las nacionalidades, que eran variadas) alucinaban viendo cómo torpemente pelaba yo mi manzana y sorprendentemente,llegaban a la conclusión de que los españoles eramos muy buenos pelando fruta... :)

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